El horno es uno de los principales componentes de cualquier cocina que se precie y fundamental para la elaboración de un sinfín de suculentos platos.
La técnica de horneado es fácil de aprender y le puede ayudar a cocinar innumerables y sanas recetas desde carnes hasta verduras, incluyendo patatas. Siguiendo una serie de pasos muy simples, usted podrá conseguir un asado siempre perfecto y en su punto.
Una de las mayores ventajas del horno es que el aparato hará casi todo el trabajo por usted, permitiéndole realizar otras funciones mientras prepara el almuerzo o la cena. De hecho, su trabajo será realizado con anterioridad y acabará una vez coloque la comida dentro el horno.
La mejor carne para hornear son piezas relativamente grandes de pollo, pavo, cerdo, cordero o vaca, ya que, los trozos más pequeños como pechugas de pollo suelen secarse incluso cuando van acompañados por abundante salsa. El horneado también es recomendable para asar verduras y patatas al ser capaz de retener todo el sabor de los alimentos. Además, el azúcar concentrado en las verduras hace que éstas potencien su sabor cuando son cocinadas al horno.
Para obtener el perfecto asado, hay varios pasos a tener en cuenta:
Elegir la temperatura correcta. Para las verduras ponga el horno en una temperatura media de 180-190 grados para que no se quemen o ablanden.
Por lo general, cuando hornea piezas grandes es recomendable utilizar temperaturas bajas o moderadas entre 120 a 190 grados con el objetivo de que se cocinen lentamente y se haga bien el interior de la carne.
Las altas temperaturas funcionan bien con comidas que requieren poco tiempo de cocción y que sólo necesitan dorarse. Por ejemplo, pizzas o trozos de carne pequeños y/o finos.
Siempre que sea posible, utilice la bandeja del horno o una bandeja pesada para dorar los alimentos, ya que, tendrá más espacio lo cual favorecerá que los alimentos queden un poco más separados entre sí y se puedan cocinar mejor por todos los lados.
Para las piezas grandes de carne, no olvide incluir un termómetro para carnes entre los utensilios de su cocina. Existen algunos modelos bastante prácticos como los termómetros eléctricos o los que avisan cuando el interior de la carne está listo.
No es necesario rociar la carne con extra jugo o salsa contínuamente para prevenir que se seque. Las carnes de pavo y pollo tienen suficiente grasa bajo la piel para no secarse en exceso, mientras que la carne de vaca o las costillas se beneficiarán del tostado conseguido con el horneado y, si ya llevan salsa, el estar rociándolas sólo conseguirá que el calor del horno se pierda al abrir la puerta del mismo.
Deje la comida reposar entre 10 a 20 minutos antes de sacarla del horno, especialmente si lleva salsa o jugo para que la carne pueda absorber su sabor.
Fuente: www.nosotras.com