Uno de los estandartes de la conocida como cocina Mediterránea es, sin lugar a dudas, el aceite de oliva. Su gran contenido en grasa monoinsaturada y vitaminas junto con su suave aroma y sabor, la convierten en el acompañamiento ideal para un sinfín de platos.
En las últimas décadas, numerosos estudios científicos han revelado que uno de los componentes estrella de la dieta mediterránea, el aceite de oliva, es fuente de innumerables propiedades altamente beneficiosas para nuestra salud.
El aceite de oliva presenta un elevado contenido de grasas sin saturar, ácido oleico y diversos anti–oxidantes capaces de reducir los niveles de colesterol en la sangre mientras actúan como un protector natural de nuestro corazón. Este es particularmente el caso del aceite de oliva extra virgen el cual contiene niveles más elevados de anti–oxidantes y vitamina E.
Pero el corazón no es el único órgano del cuerpo en recibir protección, ya que, estudios científicos han demostrado que el aceite de oliva es capaz de preservar las funciones del estómago, evitando úlceras y gastritis, y activar la segregación de bilis y hormonas en el páncreas, mejorando la función pancreática.
Por si esto fuera poco, estudios recientes llevados a cabo en España también han relacionado el consumo de aceite de oliva con un menor riesgo a sufrir ciertos tipos de cáncer. En concreto, se ha estudiado el papel jugado por el aceite de oliva a la hora de prevenir el cáncer de colon, demostrándose que el aceite de oliva es un gran aliado contra la aparición de este tipo de cáncer.
En definitiva, el aceite de oliva, cuyo consumo se considera una tradición en la cocina mediterránea aunque hasta entonces se ha ignorando sus innumerables propiedades, es una verdadera joya nutricional.
Fuente: www.nosotras.com