Embarazo y Parto

El pliegue nucal del bebé en el embarazo

El pliegue nucal es una región de la nuca del feto donde se acumula líquido de manera fisiológica o natural. Esta acumulación de líquido puede verse mediante una ecografía y sirve para detectar de forma precoz la sospecha de síndrome de Down o trisomía 21. La medición del pliegue nucal del bebé en el embarazo se realiza entre las semanas 10 y 14 de gestación, mediante un marcador ecográfico que se denomina Translucencia nucal. Esta prueba se realiza a todas las embarazadas.

El test de traslucencia nucal (TN) permite obtener resultados fiables alrededor de la semana 12 de embarazo cuando el feto tiene una longitud de columna entre el cuello y el sacro, de entre 38 mm y 84 mm. El especialista mide el espesor máximo de la translucencia subcutánea entre la piel y el tejido blando que recubre la columna cervical. El aumento de espesor de la traslucencia nucal está asociado a síndrome de Down. En números, se considera que si el grosor del pliegue nucal supera los 3 mm, existe riesgo de anomalías cromosómicas. Es el marcador ecográfico precoz más sensible y específico de sospecha de Trisomía 21 o síndrome de Down.

La acumulación excesiva de líquido se debe a una sobreexposición del colágeno del tipo VI codificado por un gen en el cromosoma 21. El punto de corte se sitúa en 1/270. Cuando el resultado es inferior a 1/270, existen mayores posibilidades de que existan alteraciones cromosómicas, por el contrario, cuando el resultado es superior a 1/270, significa que existen menores posibilidades de que existan.

La translucencia nucal, que se realiza en la ecografía de la semana 12, es una prueba de presunción o sospecha. No emite un diagnóstico, sólo es un indicador de anomalías cromosómicas o del desarrollo. En esta misma ecografía también se evalúa el crecimiento del hueso nasal de acuerdo con las semanas de embarazo, un marcador que también establece la sospecha de síndrome de Down.

Los resultados de la ecografía de la semana 12 se comparan con los que arroja otra prueba del primer trimestre de embarazo: el triple screening, que sirve para detectar posibles anomalías cromosómicas relacionadas con la trisomía 21 (síndrome de Down) y trisomía 18 (síndrome de Edwards) mediante una muestra de sangre de la madre que combina tres parámetros. Estos resultados se comparan a su vez con los valores de otros datos relevantes como la edad de la madre, la raza y el peso y se evalúa el porcentaje de probabilidades de que existan anomalías cromosómicas, pero ninguna de ellas es capaz de emitir un diagnóstico fiable.

La biopsia coriónica (muestra de tejidos) o la amniocentesis (extracción de una pequeña cantidad de líquido amniótico del útero materno) son las únicas pruebas prenatales que arrojan una fiabilidad del 99 por ciento en el diagnóstico de alteraciones cromosómicas, entre las que se incluye el síndrome de Down.

Fuente: www.guiainfantil.com