Es muy importante que conozcas las enfermedades que pueden aparecer mientras estás embarazada. Son enfermedades que están asociadas directamente al embarazo. La mayoría de estas situaciones requieren la suspensión de las tareas habituales, es decir reposo durante el embarazo, además de otros cuidados. A continuación enumeramos las complicaciones más frecuentes.
Embarazo múltiple
A partir de las 8 semanas es posible diagnosticar ecográficamente un embarazo múltiple. Se considera al embarazo múltiple un embarazo con mayor riesgo porque se asocia a parto prematuro y desarrollo de preeclampsia. Además es importante diferenciar si los bebés son gemelos (provenientes de un espermatozoide y un óvulo que al conformar el huevo se divide en dos diferentes) o mellizos (provenientes de dos óvulos y dos espermatozoides distintos). Los gemelos pueden compartir la placenta o la bolsa, lo cual puede complicar el desarrollo durante el embarazo y el parto.
Enfermedad Rh
La sangre de cada persona puede tener factor Rh positivo o negativo. Si los dos padres son negativos, no existirá problema. Si la mamá es negativa y el papá positivo y el bebé hereda factor positivo, este bebé no tendrá ningún problema pero la mamá debe recibir gamaglobulina postparto para evitar formar anticuerpos que pueden destruir la sangre de un segundo bebé que tuviera factor Rh positivo.
Desprendimiento de placenta
Ocurre cuando se origina una hemorragia en la zona comprendida entre la pared uterina y la placenta que provoca el despegamiento de la misma antes de que el bebé haya nacido. Esta hemorragia forma un coágulo de tamaño variable que contribuye a «despegar» la placenta cada vez más. Se manifiesta clínicamente por un dolor muy intenso en el abdomen asociado a un endurecimiento permanente del útero. A veces puede acompañarse de una hemorragia oscura por los genitales.
Es una grave complicación durante el último trimestre del embarazo, que en la mayoría de los casos se asocia a preeclampsia. Si la placenta se desprende antes del nacimiento del bebé, la parte desprendida deja de aportar el oxígeno que el bebé necesita. Para salvar al bebé de esta situación que es irreversible (la placenta no vuelve a pegarse sino que por el contrario tiende a desprenderse totalmente) debe hacerse una cesárea de urgencia.
La salud de la mamá también puede comprometerse porque el coágulo que se forma en la zona de la hemorragia inicial puede ser tan grande que consuma factores esenciales necesarios para la coagulación sanguínea materna que predispongan a hemorragias muy difíciles de tratar.
Placenta previa
Se denomina así cuando la placenta se ubica anatómicamente por delante de la cabeza del bebé tapando el orificio del cuello. Esta situación es común y frecuente hasta las 20 semanas de embarazo, de hecho 1 de cada 3 mujeres presentan una ubicación baja de la placenta en este período, pero en la medida que el útero va creciendo la placenta se corre hacia su fondo. Si permanece en esta ubicación para la fecha de parto, es imposible tener un parto vaginal, porque la placenta se interpone entre el bebé y el canal del parto. Por lo tanto es indicación de una operación cesárea. En las últimas semanas del embarazo puede aparecer sangrado, como consecuencia de contracciones que dilaten el cuello uterino. Si la hemorragia es muy importante se corren riesgos tanto maternos como fetales, si no se trata inmediatamente
Rotura prematura de bolsa
Se llama así a la salida de líquido amniótico por los genitales sin que se desencadene el trabajo de parto en las siguientes 24 horas. Es lo que se conoce como «rotura de la bolsa». Es más común en las últimas semanas del embarazo, pero puede ocurrir en cualquier momento, a partir del segundo trimestre.
Las membranas ovulares intactas son una barrera contra el ascenso de gérmenes que están presentes en el cuello del útero y la vagina. Cuando la bolsa se rompe estos gérmenes invaden el líquido amniótico y pueden provocar una infección en el bebé. Si sospechas que la bolsa se ha roto debes consultar inmediatamente a un centro obstétrico. Es imprescindible un examen vaginal realizado por personal capacitado para confirmar la rotura de la bolsa. Muchas veces resulta ser incontinencia de orina o flujo vaginal.
Si la rotura se produce antes de la semana 32, tu médico va a intentar prolongar unas semanas el embarazo porque el riesgo de prematurez es mayor que el de infección fetal. Se te indicará reposo, una medicación para acelerar la maduración de los pulmones del bebé y se te medicará con antibióticos, siendo necesarios controles de laboratorio para diagnosticar signos de infección, como el recuento de glóbulos blancos o un cultivo de secreción vaginal para identificar los gérmenes que allí se encuentran. Si se sospecha infección, se inducirá el trabajo de parto para evitar mayores riesgos para el bebé.
Fuente: www.babysitio.com