Tener una buena higiene bucal es fundamental para evitar la caries y otras enfermedades, no sólo dentales, sino también del resto del organismo. Y es que mantener en buen estado la dentadura y la boca es clave para tener una buena salud general
La higiene bucal es imprescindible para mantener los dientes, encías y lengua en perfecto estado y con buena salud, además de contribuir a tener una sonrisa y una dentadura mucho más bonita y ayudar a tener un buen estado de salud general. Para ello, hay que seguir unos hábitos diarios de limpieza y mantenimiento de los dientes para conseguir que no aparezcan caries u otras enfermedades bucodentales o problemas en las encías.
Lo primero que debe hacerse es cepillarse los dientes antes o después de cada comida, siendo preferible hacerlo siempre tras la comida para eliminar los posibles restos que hayan quedado entre los dientes o en la boca. Y, fundamental es que siempre se realice un cepillado de los dientes por la noche, después de cenar y antes de irse a dormir.
Esta rutina, que debe ser diaria, es más eficaz si el cepillado no sólo se realiza en los dientes, sino que se efectúa por todas las zonas de la boca como las encías, la lengua y la boca, además de realizar también una limpieza interdental por ser zonas en las que suelen originarse las caries. De hecho, según algunos estudios, el 50% de las caries se forma entre los dientes porque es habitual que queden restos de comida, impurezas o suciedades si no se limpia bien entre los dientes. Pero el cepillado, para que sea efectivo, debe seguir unas pautas y durar, al menos, dos minutos.
De esta manera, el correcto cepillado debe incluir un poco de dentífrico sobre el cepillo, que hay que colocar sobre los dientes formando ángulo recto con las encías. Una vez se está en esta posición, hay que cepillar primero las superficies externas para pasar, posteriormente, a las internas de los dientes. Un cepillado tiene que hacerse desde las encías hacia el diente.
Además, las superficies de los dientes y muelas que se emplean para masticarse deben ser limpiadas de atrás hacia delante y de adelante hacia atrás. No hay que olvidarse de cepillar la lengua de atrás hacia delante. En el cepillado es importante no ejercer mucha presión sobre los dientes para evitar que se desgaste el esmalte.
Para que el cepillado sea todavía más efectivo, se puede optar por usar dentífricos que contengan flúor, siendo una buena elección el dentífrico con flúor más un enjuague bucal que ofrezca una limpieza eficaz y que permita llegar a zonas interdentales que son más difíciles de limpiar. No obstante, hay que tener cuidado con algunos elixires porque no todos pueden utilizarse de forma habitual, sobre todo, si llevan algo de alcohol entre sus componentes. Es mejor elegir un elixir que se comercialice en farmacias y que sea de flúor.
Muy importante también es prestar atención al cepillo, según las necesidades, y renovarlo cada aproximadamente tres meses. También ayudarse de otros elementos de higiene como la seda o el hilo dental que permiten hacer una limpieza interdental y retirar posibles restos de comida.
Y, por supuesto, ¡no comer muchos dulces! Ya que el azúcar, en el caso de los dientes, es sinónimo de caries y de otras enfermedades, y realizar visitas al odontólogo de forma regular para prevenir posibles problemas.
Fuente: www.nosotras.com