Muchas frutas tienen propiedades que son beneficiosas para la salud. Y una que no puede faltar en la dieta es el melón por ser muy rica en antioxidantes y en vitaminas, además de tener un alto contenido en agua
Parece que el melón por su sabor dulzón no es una fruta adecuada para ser consumida de forma habitual por presuponer que tiene un alto contenido de azúcar. Y nada más lejos de la realidad, a no ser que se sea diabético. Es una fruta que se caracteriza por sus importantes propiedades medicinales y curativas, lo que la hace idónea para ser consumida de forma habitual.
De hecho, numerosos estudios científicos han demostrado que los melones son ricos en antioxidantes, aparte de tener un contenido alto en fibra y en minerales como el potasio, el calcio y el zinc. Igualmente, está presente una importante cantidad de ácido fólico y de vitaminas B, C y E, ésta última fundamental en la prevención del cáncer y de enfermedades cardiovasculares, aparte de ayudar en los casos de hipertensión.
El agua está también presente en esta fruta, llegando a alcanzar el 95%. Una característica que, junto con el resto de propiedades, hacen que el melón sea una fruta indicada incluso para las dietas de adelgazamiento, ya que tiene muy pocas calorías y además es un diurético muy suave.
Su consumo, asimismo, es recomendable en otros casos como la gota y la artritis y en los casos de estreñimiento por el aporte de fibra, convirtiéndose en un laxante natural y suave y en un buen aliado para regular el tránsito intestinal. Aconsejable es el caso del colesterol alto y la acidez estomacal a la que contribuye a aliviar.
Y un dato también a tener en cuenta es que el melón incide de forma positiva en el proceso de circulación, ayudando a potenciar la acción de los glóbulos rojos y al crecimiento del número de hemoglobina. De esta manera, ayuda a regular la acción de corazón.
Unas propiedades que son características del conjunto de variedades de melones que pueden comprarse en el mercado, si bien hay que tener en cuenta que algunas de ellas tienen un valor añadido como es el caso de los melones que tienen la pulpa anaranjada que presentan un alto contenido en betacarotenos.
Y, del melón, hay que aprovecharlo todo. Sus semillas concentran también propiedades beneficiosas. Por ejemplo, tomadas en infusión ayudan a regular la actividad renal. Otra opción es consumirlas secas porque contienen un elevado nivel de flavonoides, lo que está relacionado con la antioxidación. Y, si se cuece su corteza, se puede ayudar a tratar la acumulación de líquidos en riñones y vejiga.
Pero aún hay más usos del melón. Esta fruta es adecuada para tratamientos de la piel, aplicándola directamente sobre ella, ya que suaviza y tonifica, siendo idóneo para hacer mascarillas. Una alternativa que permite desintoxicar la piel, que queda protegida de agentes microbianos que pueden afectarla y que favorecen la aparición de alergias o manchas.
Fuente: www.nosotras.com