Enamorarse. ¡Ay, qué sentimiento más bello y puro!. Los pájaros cantan dentro de nuestra cabeza, las flores renacen en los inviernos más crudos y el corazón late a un ritmo incalculable. Las mariposas en el estómago hicieron su nido. Y nosotros, bobos y tontos, andamos con una sonrisa impregnada en la boca sin razón a la vista.
Es en este momento, esplendoroso, en que nos damos cuenta que ¡oh, horror de horrores!, estamos enamorados. Hay quienes se enamoran con frecuencia y de distintas personas por poco tiempo, mientras que otros dicen no haberse enamorado nunca o haberlo hecho sólo una vez y para toda la vida.
Pero qué es en realidad el enamoramiento. Para la Real Academia Española es: “excitar en alguien la pasión del amor” o “prendarse de amor de alguien”. Más sencillo aún, se lo puede caracterizar como un estado de locura transitoria que no tiene edad y que repercute en gran medida en la cotidianidad del afectado. Por lo general, esta emoción avasalla nuestra razón, y normalmente se atenúa con el paso del tiempo.
Algunos afirman que dura entre seis meses y un año y medio. Y son venturosos aquellos a quienes ese estado les deviene en amor. Porque el amor, es lo que queda luego de esta tormenta de endulzamiento.
A éste se lo puede considerar una patología, con sus síntomas característicos, como: la idealización de la otra persona, la desaparición de la agresividad -sólo tenemos palabras dulces y amables-, se produce también un cierto trastorno de la atención (de ahí la frase “cabecita de novio”).
Quienes más les ha afectado el amor, padecen nerviosismo, taquicardias, sudoración, al igual que placidez y propensión al llanto y a la risa. Amar es, en definitiva, darse al otro y compartirse sabiendo muy bien quiénes somos. En cambio, el enamoramiento se da entre seres mutuamente idealizados.
Para una explicación más sencilla y clara nada mejor que un poeta. En este caso Francisco de Quevedo define al amor con su pluma implacable.
“Definición De Amor”
Es hielo abrasador, es fuego helado,
es herida que duele y no se siente,
es un soñado bien, un mal presente,
es un breve descanso muy cansado.
Es un descuido que nos da cuidado,
un cobarde con nombre de valiente,
un andar solitario entre la gente,
un amar solamente ser amado.
Es una libertad encarcelada,
que dura hasta el postrero paroxismo;
enfermedad que crece si es curada.
Fuente: Red para Ellas.