La magnitud del problema
Algunos estudios llegan a estimar que una de cada cuatro niñas y uno de cada ocho niños sufrirán de abusos sexuales antes de cumplir los 16 años. En el 90% de las veces el abusador es un hombre y en más del 80% de las ocasiones es una persona conocida por la víctima.
La mayoría de los niños que han sufrido abusos sexuales se muestran afectados negativamente por la experiencia, generándose un malestar que perdura con la edad, si no se trata adecuadamente.
La mayor parte de los casos de abusos sexuales a menores nunca salen a la luz. Es muy frecuente que no existan evidencias de daño físico y, en ocasiones, son hechos que se ocultan por miedo o vergüenza. En general, los casos de abuso sexual se dan entre el 3% y el 23% de los menores, dependiendo del estudio que tomemos en consideración.
¿Qué son los abusos sexuales a menores?
El Departamento de Salud de EE.UU. define el abuso sexual a menores incluyendo actos como acariciar los órganos genitales de un niño, el coito, el incesto, la violación, la sodomía, el exhibicionismo, y la explotación comercial a través de la prostitución o de la producción de materiales pornográficos.
Los abusos sexuales a menores son actitudes y comportamientos que realiza un adulto para su propia satisfacción sexual, con una niña, con un niño o con un adolescente. Para conseguir su objetivo el agresor emplea la manipulación emocional, como chantajes y amenazas y, en algunos casos, la violencia física.
Entendemos por pedofilia la búsqueda del placer sexual por medio de las relaciones sexuales con niños. Las conductas de la pedofilia van desde el simple exhibicionismo hasta la penetración.
¿Cómo se da el abuso sexual a menores?
* La mayor parte de los casos se dan en el propio hogar del menor
* El abusador es, por lo general, el padre, el padrastro o un pariente cercano
* El agresor suele tener fácil acceso a la víctima
* Los abusos sexuales suelen producirse a lo largo de meses o años
* Se dan en todo tipo de clases sociales
* Puede no haber contacto sexual (proposiciones o comentarios, exhibicionismo de órganos sexuales) o, por el contrario, puede incluso llegar a la agresión y la penetración anal o vaginal.
También son ejemplos concretos de abusos sexuales los siguientes:
* Observar a la niña desvestirse o cuando está en el baño
* Practicar tocamientos o besos
* Forzarle a ver películas o imágenes con contenido sexual
* Practicar el sexo oral
* Someter al menor a tratamientos médicos innecesarios.
¿Qué efectos negativos ocasionan los abusos sexuales sobre el menor?
Los daños se pueden manifestar en la niñez o ya en la edad adulta de las siguientes formas:
* Sentirse culpable, con baja autoestima
* Sentirse sucio/a
* Padecer trastornos depresivos y psicosomáticos
* Experimentar dificultades en la relación con los demás
* Tener dificultades en las relaciones sexuales
* Desarrollar tendencias autoagresivas (autolesiones, incluso suicidio)
* Convertirse, a su vez, en un/a abusador/a.
Un estudio publicado por The Lancet sugiere la existencia de una relación entre episodios de violencia y abusos sexuales, en edades tempranas de la vida, y el desarrollo de un trastorno depresivo mayor. Con una muestra de 730 mujeres, la investigación demostró que el riesgo de depresión era significativamente mayor en las mujeres con antecedentes de abusos.
Como señala el Profesor Echeburúa, la mayoría de los niños que han sufrido abusos sexuales se muestran afectados negativamente por la experiencia, generándose un malestar que perdura con la edad, si no se trata adecuadamente. El citado autor, aconseja actuar terapéuticamente con la víctima y la familia al mismo tiempo, interviniendo sobre el niño, procurando la reforma del agresor y potenciando la capacidad de la familia para apoyar al menor. También argumenta Echeburúa que no hay un perfil único de víctima, que las diferencias individuales están presentes y que no hay una respuesta invariable a cada situación traumática.
¿Qué podemos hacer al respecto?
En Girona se ha llevado a cabo una iniciativa interesante, desarrollándose un protocolo básico de actuaciones en abusos sexuales y otros malos tratos de menores. Los principios generales de actuación son:
* Protección del menor: actuación encaminada a la protección del interés superior del menor.
* Coordinación: actuación unificada de las instituciones que intervienen en el Protocolo.
* Agilización: intervención inmediata en el momento en que se detecta la situación de maltrato o abuso y actuación tendente a evitar la dilatación de los procedimientos.
* Mínima intervención: evitar que el menor tenga que ser sometido a actuaciones repetitivas y respetar la preeminencia del procedimiento judicial, con garantía de los principios de contradicción e inmediación de las pruebas.
En todo caso, el médico, según la ley, debe comunicar a las autoridades sus sospechas de abusos sexuales en un niño.
¿Cómo identificar los abusos sexuales en un menor?
Como señala Kaplan, lo más frecuente es que no existan signos físicos que confirmen el abuso sexual. Son síntomas típicos la aparición de hematomas, así como dolor y quemazón en la región genital. También pueden darse sangrados rectales o vaginales, enfermedades de transmisión sexual e incluso una dificultad al andar o al sentarse.
Es frecuente que los niños que han sido víctimas de abusos sexuales hagan exhibición de sus conocimientos a través de los juegos o iniciando conductas sexuales con sus compañeros. Es frecuente la conducta agresiva entre los niños sometidos a abuso. Como es natural, los niños víctimas de abusos sexuales temen a los adultos en general, especialmente a los hombres.
Es importante recalcar que, aunque la mayor parte de los casos no salen a la luz, entre el 2% y el 8% de las acusaciones de abuso sexual a menores son falsas.
En la edad preescolar, es muy difícil identificar los abusos sexuales por el escaso desarrollo verbal del niño. En esta situación, conviene consultar con el pediatra.
Tratamiento
Se debe consultar al especialista. Sin embargo, existen algunas pautas básicas que se detallan a continuación:
* Es preciso garantizar la seguridad del niño
* Cuando el abuso es intrafamiliar, conviene apartar al niño del hogar familiar
* Es necesaria una revisión médica y psicológica del niño
* Hay que implicar a la familia, aunque el abusador no pertenezca a ella
* El tratamiento de la víctima de abusos dependerá de los distintos factores que influyen en cada caso
* Si el abuso es intrafamiliar, habrá de abordarse el tratamiento de los posibles conflictos familiares.
Prevención
Hay programas que identifican las familias de alto riesgo, sobre las que se puede intervenir, con carácter preventivo, mediante la educación sanitaria.
Es importante informar a la sociedad sobre este problema en los distintos aspectos:
* Educativo
* Comunitario
* Socio-sanitario
* En medios de comunicación.
Escrito por Dr. Eduardo de la Sota Guimón, especialista en Psiquiatría.
Fuente: netdoctor.es
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