La variedad de zapatos que existe ahora es una gran posibilidad pero también un gran riesgo. Posibilidad porque nos permite hacer muchas combinaciones que harán que nos veamos siempre bien. Riesgo porque la combinación errada hará que te veas mal vestido. Y comprar zapatos no es tan fácil como entrar a la tienda, escoger unos y llevártelos (aunque hay varios hombres que tenemos esa mala costumbre).
Lo ideal es que encuentres el punto de equilibrio entre un buen aspecto y una gran comodidad: recuerda que de ellos dependerá que al final del día termines maldiciendo tus pies o subiéndolos a la mesa mientras ves TV. He aquí algunas claves que nos permitirán hacer una compra apropiada.
1. Si vas a comprar zapatos para ir a trabajar, ve a comprarlos usando el mismo tipo de calcetines que usas para la oficina.
2. Ve a comprar los zapatos al final del día, cuando tu pie se ha expandido, para obtener una medida real.
3. Si compras unos zapatos de cuero muy delgado, asegúrate de comprarlos media talla más pequeños (si es posible de acuerdo a la escala usada en tu país) porque estos zapatos se estirarán. Por el contrario, si compras un par de zapatos pesados y gruesos, asegúrate que te queden bien y cómodos, porque no se van a estirar.
4. El cuero debe tener una textura suave y ser flexible y consistente.
5. El forro interior de un buen zapato está hecho de cuero de becerro y está cortado de tal manera que el cuero se doble en los bordes.
6. El cosido debe ser sólido y no tener hilos sueltos. Debe ser además casi imperceptible (a menos que se trate de un cosido decorativo).
7. Las suelas deben tener la misma forma del pie y estar cosidas al zapato.
8. Si te gusta un par de zapatos y te pruebas diferentes tallas pero ninguna te queda bien, cambia de modelo.
Recuerda que si te sientes bien con tus zapatos, ello se reflejará en la seguridad que proyectarás. Y recuerda también no hacer combinaciones que los desmerezcan (como zapatos de vestir con jeans, por ejemplo).
Fuente: Hombresdehoy.com