Todos sabemos que fumar es peligroso para la salud. Es uno de los hábitos más perjudiciales para la salud. Sin embargo, aunque todos somos conscientes del daño que provoca en la salud, muchos insisten en seguir con esta costumbre que, en muchos casos, ya se ha convertido en un vicio.
El tabaco no sólo hace daño a quién fuma, sino también a quién está a su lado y, en el caso de las mujeres embarazadas, al feto que se está formando y creciendo en su vientre. Si estás embarazada y no has dejado de fumar, puedes lastimar tu salud y la de tu bebé.
Los riesgos del tabaco durante el embarazo
El pulmón es el órgano que más sufre los efectos del fumar, porque absorbe todas las sustancias químicas que existen en el humo del cigarrillo. Algunas de estas sustancias químicas hacen que los vasos sanguíneos, que abastecen de sangre al útero, se vuelvan más estrechos, lo que hará que tu bebé reciba menos oxígeno y alimento de la sangre, de lo que debería recibir. Como consecuencia de esta debilidad, el bebé puede sufrir algunos riesgos más o menos graves como:
– De pesar poco al nacer
– De nacer prematuramente
– De nacer sin vida
– De morir por un síndrome de muerte súbita
– De desarrollar enfermedades respiratorias y alérgicas como es el caso del asma que lo sufre 1 de cada 3 lactantes.
– De nacer con alguna malformación debido a la disminución de los niveles de vitamina B12 y C.
Algunos estudios demuestran que un químico potente que causa cáncer, llamado NNK, se transmite a los bebés de las madres que fuman. Otros también relacionan el hábito de fumar durante el embarazo, a que la madre tenga un bebé con posibles problemas de conducta y de aprendizaje. Se ha demostrado también que el consumo de cigarros, puros o pipas durante el embarazo, también puede provocar un embarazo extra-uterino o un aborto natural. Si fumas y deseas estar embarazada, debes dejar de fumar antes de tratar de concebir. Si ya estás embarazada, abandona el cigarro lo antes posible. Si, en un caso extremo, no puedes dejar de fumar del todo, reduce el número de cigarrillos a menos de 3 al día. Eso puede disminuir los riesgos. Si estás embarazada y deseas dejar el cigarro por tu bebé, pero no lo consigues, pide ayuda y apoyo a tu médico. El uso de productos para dejar de fumar, como los parches de nicotina, la goma de mascar de nicotina, etc., solo están permitidos bajo el permiso médico.
Fumar después del parto
El humo de los cigarros, o de otro tipo de tabaco, no es sano para un bebé durante su gestación ni después de su nacimiento. Los bebés, así como los niños expuestos al humo, tienen mayor probabilidad de sufrir resfriados, problemas pulmonares e infecciones de oídos. Los pequeños se convierten en fumadores pasivos. Las mujeres embarazadas que no fuman deben evitar el humo de otros fumadores. La exposición regular al humo, aunque sea de segunda mano, puede ser perjudicial para el bebé. Por esta razón, la mujer embarazada, aunque no fume, deberá evitar los ambientes donde esté permitido fumar.
¿Quieres dejar de fumar?
No existe motivación más grande para una mujer embarazada que la de tener un bebé sano y sin problemas. Si piensas en ello, seguro que superarás la tentación de fumar. A parte de eso necesitarás tomar algunas decisiones como deshacerte de todos los cigarros, encendedores y ceniceros que tengas. Luego, procura distanciarte de los lugares y de las personas que fuman. Pide ayuda y apoyo a tu marido, compañero y amigos. Pide el permiso de tu médico para utilizar chicles, medicamentos y otros productos que pueden ayudarte a abandonar el cigarro. No te desanimes cuando no puedas evitar fumar. Si es necesario, recurre a algunos programas que ofrecen los servicios públicos. Piensa que si tu bebé nace con algún problema, es probable que te sientas culpable. Las consecuencias psicológicas serán peores para la madre que fuma.
Fuente: www.guiainfantil.com