Una buena higiene de la piel resulta imprescindible cada mañana si quieres lucir un rostro luminoso y una piel sana. Sin embargo, a veces olvidamos la importancia de hacerlo en profundidad, probablemente porque pensamos que nos llevará mucho tiempo. No hay excusas, 4 pasos en poco más de 5 minutos y estarás lista.
Paso 1
Limpia tu piel con un jabón neutro o de glicerina. La condición indispensable es que sea muy suave y sin perfumes, respetando tu piel.
Paso 2
Aplica un producto de limpieza de acuerdo a tu tipo de piel, en gel, emulsión o leche, mediante un suave masaje circular con la yema de los dedos. Después, retira el producto con discos de algodón desde el centro hacia fuera.
Paso 3
Tras la limpieza, aplica con un disco de algodón una loción adecuada a tu tipo de piel, refrescante, calmante, astringente…
Paso 4
Hidrata la piel con una crema nutritiva, hidratante o con efecto purificante, conforme a las necesidades de tu piel mediante un suave masaje hasta su completa absorción. Resultarán excelentes aquellas opciones que incluyen protección solar para obtener tratamiento y protección en un solo gesto. De lo contrario, tras la hidratante será necesario aplicar un protector solar para el rostro aunque no sea verano, ya que tu piel necesita estar permanentemente protegida de los rayos ultravioletas.