Esa sensación que quema en el esófago acompañada de ardor, molestias y reflujo son los clásicos síntomas de la acidez, y la clave para evitarla está en tus manos.
Los excesos alimenticios son por lo general los responsables máximos de la acidez, aunque condiciones como el embarazo o el consumo de determinados medicamentos pueden hacernos propensas a esta molesta condición.
La realidad es que si no aprendemos a controlar lo que comemos con el tiempo podríamos enfermar pues nuestro esófago no está apto para defenderse de los ácidos que se producen en el estómago si estos le atacan constantemente, por ello resulta importante alimentarnos con inteligencia para que el resultado sea placentero y no molesto.
Las bebidas alcohólicas, los refrescos, el chocolate o el café son culpables en muchas ocasiones de la acidez debido a su contenido de cafeína, cuando abusamos de ellos nuestra barriga lo siente ¡y de qué manera!.
Controla también la ingesta de comida chatarra pues está cargada de grasas saturadas, frituras y calorías que no solo se reflejan en tu peso si no también en la salud de tu estómago. Plantas como la menta o la hierbabuena son también provocadoras de la acidez, así como las frutas cítricas o los tomates y salsas.
Los lácteos completos (no los desnatados) y en general los platillos ricos en grasa como los fritos, los embutidos, entre otros, pueden traducirse en acidez si tu estómago tienen que trabajar demasiado para digerirlos, por eso opta por una alimentación más sana sobretodo si eres propensa a sufrir de esta condición.
Fuente: www.nosotras.com
