Si a veces estás más cansado de lo normal, tienes sueño cuando nadie lo tiene, te enfermas recurrentemente y te cuesta realizar las actividades diarias, puede que tu reloj biológico esté en discordancia con el tiempo social ¿Cómo?, una teoría explicaría que nuestro cuerpo va a un ritmo distinto y mientras no logremos este ajuste los problemas no terminarán.
Invitado por la Universidad Mayor el neurólogo argentino Diego Golombek, experto en el tema del “reloj biológico”, explicó en qué consiste esta teoría y cómo nos influye, de buena o mala manera, en nuestro diario vivir.
Él postula que nuestro “reloj biológico” no siempre está sincronizado con el “reloj social”, entonces cuando no logramos ese ajuste podemos tener problemas de sueño, baja productividad e incluso ser proclives a enfermedades.
“El reloj biológico es una estructura cerebral que mide el tiempo y le dice al cuerpo qué hora es y a qué hora hacer determinadas actividades, a qué hora despertarse, a qué hora dormir, a qué hora mejorar tu rendimiento intelectual o físico. Sin embargo, muchas veces ese horario no está de acuerdo con el horario que marca la sociedad, de hecho no nos despertamos cuando el reloj biológico lo marca, sino cuando la alarma del despertador lo indica, quiere decir que hay un desfase entre lo que indica el tiempo del lado de adentro y el tiempo del lado de afuera y todos lo vivimos en mayor o menor medida”, explica Golombek.
¿Cómo podemos lograr que ambos relojes se ajusten y compatibilizarlo con las labores diarias?
No podemos tener completamente sincronizado el reloj biológico porque hay obligaciones escolares o laborales que nos indican ciertos horarios sociales. Sin embargo, podemos escuchar un poco más a este reloj biológico y tratar de ajustar nuestras tareas dentro de lo posible al momento que rendimos mejor. Si sabemos que somos individuos más matutinos, es decir, que rendimos mejor de mañana y ya hacia la tarde, mejor que no nos pidan nada, podemos adaptar nuestro horarios a esto.
¿Es recomendable si nos da sueño intentar dormir en la medida que se pueda para adaptar este reloj?
Idealmente sí, no solamente para el sueño nocturno, sino que también hay una caída después del horario del almuerzo que uno piensa que ocurre porque se come mucho, pero no es así, esa caída es una alerta independiente de la ingesta de alimentos, aun cuando no comamos nada, ya que cerca de las dos de la tarde estaremos más somnolientos, por lo cual es importantísimo escucharnos un poco y si tenemos la oportunidad de dormir una siesta breve, de 15 o 20 minutos, realmente va incidir mucho.
Ahora, si somos un poco viciosos y queremos dormir una siesta de dos horas no va a servir de nada porque nos vamos a despertar aún más somnolientos.
¿Tiene influencia la alimentación o el ejercicio en la modificación de este reloj biológico?
Cuando uno quiere sincronizar el reloj biológico, el principal sincronizador es la luz y le dice al cuerpo que acelere o retrase sus agujas. La alimentación puede ayudar a sincronizar el reloj particularmente al ciclo de sueño y vigilia y la verdad, es que hay escuchar los viejos consejos de abuela que son desayunar como un rey, almorzar como un príncipe y cenar como un mendigo, eso no está nada mal porque ayuda a una buena higiene de sueño.
El ejercicio físico también es importante porque es nuestro momento óptimo para realizar actividad física es en las horas de la tarde. Si nos fijamos bien, esa la hora donde ocurren la mayor cantidad de records olímpicos, y ningún record olímpico ocurre durante la mañana.
¿Qué consejos básicos podrías dar para tratar de sincronizar ambos relojes?
En principio, la primera clave es escuchar el tic tac del reloj biológico, escucharlo y no forzarlo demasiado. Si uno debe trasnochar o tiene que hacer algo en otros horarios no pasa nada, pero no hay que hacerlo crónicamente.
Hay que escuchar en qué momento hay que dormir, en qué momento hay que estar despierto, en qué momento hay que exponerse a la luz, esta tiene efectos diferentes sobre el reloj dependiendo a la hora que la reciba. La luz de las primeras horas de la mañana adelanta la fase del reloj biológico, es como si uno tuviera un reloj pulsera y tuvieras que adelantar la hora porque se desfasó para hacer eso, tienes que exponerte a la luz de la mañana
En cambio la luz de las últimas horas de la tarde lo que hace es retrasar las horas del reloj biológico, por lo que si tú tienes que atrasar tu hora biológica porque el mundo cambió, por ejemplo volaste hacia el oeste, te conviene exponerte a la luz hacia las últimas horas de la tarde.
Fuente: vidayestilo.terra