Mejora tu ánimo.

cansadaTodas las actividades que realizas son desgastantes y agotadoras, por lo que el cansancio o la fatiga pueden ser parte de tu rutina.

Las mamás como tú suelen ser multifacéticas y hacer miles de actividades durante el día. Levantar a los niños, preparar el desayuno, muchas los van a dejar al colegio, se preocupan de la casa, del marido, otras además trabajan, etc.

Todas estas actividades son desgastantes y agotadoras, por lo que el cansancio o la fatiga pueden ser parte de tu rutina. Y sin embargo, debes continuar con tu día.

Esa sensación de falta de energía puede tener varios orígenes y tratamientos.

Causas Comunes:

* Un gran esfuerzo físico

* Baja Autoestima

* Estrés emocional

* Aburrimiento

* Trabajo duro

* Mal dormir

* Gripe o Resfrío

* Dieta insuficiente o inadecuada

* Algún dolor

* Síndrome Premenstrual

* Medicamentos (especialmente antihistamínicos)

Si tu fatiga o la de tu familia son injustificadas y no se solucionan durmiendo y comiendo bien y relajándose, puede que se deba a alguna enfermedad que debe ser evaluada por tu médico.

Por ejemplo:
* Infección
* Anemia
* Insomnio u otro trastorno del sueño
* Hipotiroidismo
* Consumo de alcohol o drogas como cocaína
* Depresión
* Diabetes
* Enfermedad hepática
* Cáncer
* Trastornos alimenticios
* Artritis

Para reducir la sensación de fatiga común, básicamente tienes que mejorar tu estilo de vida:

* Tener un descanso adecuado, regular y la misma cantidad de horas.
* Mantener una dieta balanceada y beber abundante agua a lo largo del día.
* Hacer ejercicio regularmente.
* Aprender mejores formas de relajación como yoga o meditación.
* Mantener un horario de trabajo y personal razonable.
* De ser posible, cambiar las situaciones estresantes. Por ejemplo, cambiar de trabajo, tomar vacaciones y realizar ajustes en la relación de pareja.
* Tomar multivitaminas. El médico debe orientar acerca de qué es lo mejor.
* Evitar el consumo de alcohol, nicotina y drogas.

En los siguientes casos, consulta con tu médico:

* Presentar debilidad o fatiga prolongada, especialmente si está acompañada de fiebre o pérdida de peso no intencional.
* Estar constipada, la piel reseca, aumentar de peso o presentar intolerancia al frío.
* Despertar y volver a dormir muchas veces durante la noche.
* Tener dolor de cabeza.
* Tomar medicamentos, ya sean de prescripción o sin receta médica, o consumir drogas que pueden causar fatiga o somnolencia.
* Estar triste o deprimida.
* Tener insomnio.

Fuente: Kitadol.