La mujer que hizo de las fajas un imperio

La mujer que hizo de las fajas un imperioEl año pasado Blakely ya figuraba como una de las favoritas para participar en el ranking de Forbes debido a la incorporación de su nombre entre las 100 mujeres líderes del New York Times por su empresa.

Blakely nació en el seno de una familia judía de la familia, en ​​Clearwater, Florida. Hija de un abogado se graduó como licenciada en comunicaciones en la Universidad Estatal de Florida. Sin embargo, su plan de convertirse en abogada se vio truncado cuando tomó un trabajo en Walt Disney, donde estuvo tres meses.  Después de su breve paso por Disney, entró a una empresa de suministros de oficina, donde vendía máquinas de fax de puerta a puerta.  Si bien, tuvo bastante éxito en las ventas odiaba usar pantimedias en el clima cálido de Florida, pero sí le gustaba verse tonificada con ellas, por lo que la idea del Spanx comenzó a rondar su cabeza.

Tras estudiar materiales y diversas formas,  esta mujer logró adueñarse de una tecnología única de modelador femenino, que incluso, las más delgadas se han animado a usar. Esto la tiene como una de las mujeres más jóvenes y millonarias del mundo, y lo mejor, es que todo lo ha logrado por mérito propio sin heredar nada.

Anteriormente, Forbes ya había predicho el éxito que tendría al incorporarla en una de sus portadas en 1998 cuando recién había lanzado su producto. Con todos sus ahorros que alcanzaban los cerca de 5.000 dólares, Blakely se propuso fabricar ropa íntima femenina que favoreciera a las mujeres. Si bien, lo logró nunca imaginó que alcanzaría tal éxito.

El verdadero sueño americano

Partió de abajo. Cual vendedora puerta a puerta, esta rubia comenzó a forjar, sin saberlo, un impero de lencería modeladora femenina. Pidió ayuda a sus cercanos y con catálogo en mano comenzó a vender en diferentes almacenes.

Pero no fue hasta el 2000 cuando decidió enviar una encomienda al estilista de Oprah Winfrey con sus prendas. Cuando conductora de televisión más popular de Estados Unidos confesó que Spanx era su prenda favorita, el negocio se elevó a la cima del éxito. Fue ahí, cuando el teléfono de Blakely no paró de sonar, y decidió crear un sitio web para encargos desde diferentes partes del mundo.

Sólo el primer año las ventas llegaron a los 4 millones de dólares. Hoy, su empresa gana más de 1.000 millones de dólares anuales y a sus 41 años los distribuidores se pelean por trabajar con ella.

Fuente: vidayestilo.terra