Si eres de las personas que están al tanto del mundo de las dietas, es muy probable que hayas escuchado hablar del efecto rebote que pueden tener algunas de ellas. En términos sencillos, el efecto rebote es aquel por el cual quienes redujeron su peso, luego lo aumentan.
Es muy común escuchar hablar acerca del rebote, que ocurre con frecuencia cuando se ha recurrido a dietas tradicionales y a medicamentos o productos para quitar el apetito o para quemar la grasa, pues por lo general, los efectos de estos tratamientos son temporales.
Generalmente quienes los han utilizado, vuelven a recuperar rápidamente el peso perdido y casi siempre alcanzan un peso aún mayor al que tenían anteriormente, pues al abandonar la dieta o dejar de tomar las pastillas y regresar a los mismos hábitos alimenticios, el cuerpo vuelve a depositar las calorías consumidas en exceso, bajo la forma de grasa.
Después de haber estado durante algún tiempo a dieta, es fácil caer en tentación y terminar siendo víctima de comilonas, las cuales hacen que recuperes todo el peso perdido, o peor aún, que ganes más del que tenías anteriormente.
La mejor manera de evitar las comilonas es ir reduciendo progresivamente el consumo de azúcar y carbohidratos simples, de tal manera que le des tiempo a tu organismo de adaptarse a sus nuevos hábitos alimenticios. Cortar los carbohidratos de tu dieta de un solo golpe, acarrea problemas.
Es necesario que tu cuerpo y mente estén ajustados al nuevo régimen, de lo contrario, tus antojos podrían ser tan grandes que podrían causarte cambios en tu estado de ánimo y emociones.
Fuente: Dietas.com