Aunque es difícil de creer, el origen del perfume se remonta a la Edad de Piedra. Los hombres de esa época quemaban maderas aromáticas para complacer con el humo (per fumum) a sus deidades, de ahí el origen de la palabra perfume.
Sin embargo, la fabricación de perfumes para uso humano se remonta al antiguo Egipto, donde los primeros perfumistas artesanales lograron extraer aromas naturales de los más variados tipos; el uso de estas exquisitas fragancias se limitaba solo a un selecto grupo de personas que se podían dar el lujo de utilizarlas. Así pasó el tiempo, y la industria de la perfumería sufrió muchas transformaciones hasta llegar a la producción industrial de hoy en día; tanto hombres como mujeres pueden disponer de una gran variedad de opciones.
El uso del perfume es un detalle muy importante en nuestro arreglo personal, forma parte de nuestro atuendo y de la imagen que proyectamos; se encarga de añadir un toque único y personal, y esto se debe a que la forma en la que un perfume huele en ti, no se repetirá en otra persona, pues al entrar en contacto con la piel, origina una respuesta distinta en cada cuerpo.
Si te preocupas por usar algún perfume, estarás dando una imagen de una persona que se cuida y se preocupa por sí misma. Usar un perfume no solo es para el placer de quienes nos rodean, sino también para el propio: es una delicia disfrutar de estas fragancias, oler bien siempre te hará sentir mejor contigo misma y proyectarás así mayor seguridad.
El perfume es una mezcla de aceites esenciales aromáticos que se obtienen por destilación de flores, plantas, madera y hierbas, alcohol y un fijador, que juntos proporcionan un agradable y duradero aroma en nuestro cuerpo.
Según las esencias de las que esté elaborado el perfume, podemos identificarlos en tres grandes grupos:
Madera: son rústicos y encantadores, se basan en olores de maderas como el abedul, cedro, ciprés, pino, sándalo y otros aromas como tabaco, manzanilla y verbena.
Frescos: son limpios, vibrantes y naturales; esta familia estalla con aromas de frutas maduras, notas de plantas aromáticas (lavanda, melisa, sábila, romero, tomillo, mejorana), agrias (naranja, limón, mandarina), algas y líquenes (musgos, algas marinas), especias (cardamomo, cilantro, clavo), granos y semillas (anís, eneldo), cortezas y raíces (canela, jengibre, vetiver), bálsamos y resinas (incienso, mirra).
Orientales: la pasión y la sensualidad están presentes en estas fragancias, son potentes y densas, se elaboran con sustancias como vainilla, sándalo o pachuli.
Ahora, veremos que según la concentración de las esencias aromáticas, las fragancias se clasifican en:
Extracto o Perfume: es el de mayor concentración, generalmente se presentan en frascos pequeños y solo basta con la aplicación de algunas gotas para permanecer perfumada por más tiempo. Son los más costosos.
Agua de Perfume (Eau de Parfum): la concentración de esencias aromáticas está entre el 10 y 19% diluidas en alcohol. Su fragancia puede durar hasta 7 horas.
Agua de Tocador (Eau de Toilette): la concentración de esencias aromáticas está entre el 5 y 10% diluidas en alcohol. Su fragancia puede durar entre 3 y 5 horas.
Agua de Colonia (Eau de Cologne): la concentración de esencias aromáticas está entre 3 y 5% diluidas en alcohol y agua. Su aroma dura aproximadamente hasta 3 horas.
Colonia: se trata de una forma muy ligera de perfume, la concentración de esencias aromáticas está entre 1 y 3%, es muy utilizada por las personas que gustan de aplicarse grandes cantidades, aunque su aroma no dura más de 2 horas.
Aquí algunos tips generales sobre cómo elegir, aplicar y cuidar tu perfume:
Solo trata de elegir entre 3 perfumes, no más, porque tu olfato terminará por saturarse y no podrás notar las diferencias de cada uno.
La mejor forma de conocer el aroma es rociarlo un poco en el aire y percibirlo.
No compres fragancias que estén de moda, prueba y selecciona con el que más te identifiques y te guste.
La cantidad que apliques es muy importante, porque si te pasas, en lugar de agradar podrías causar el efecto contrario.
Para obtener mayores efectos aplica el perfume donde se concentra más el calor: muñecas, lóbulos de las orejas, el pecho, el cuello, detrás de las rodillas; esto hará que la fragancia se active y dure más.
Guarda tu perfume en un lugar fresco y seco para que no se altere.
Te invito a que si hoy por hoy el uso de un perfume no forma parte de tu arreglo personal diario, intentes incluirlo, te aseguro que no te vas a arrepentir; una fragancia puede hacerte sentir una persona renovada.
fuente: cl.mujer.yahoo.com