El agua mineral presenta varias ventajas para preparar el biberón del bebé, pero no todas son iguales ni son adecuadas. Es conveniente atender a su composición para elegir la que sea más aconsejable
El cuerpo del bebé está compuesto en 75% por agua. Y, al igual, que los adultos, el agua que beben es fundamental, si bien en su caso es más importante atender a su composición para elegir la más adecuada y que no le genere molestias en el aparato digestivo.
Un motivo por el que es más conveniente elegir agua mineral para darle tanto para beber como para preparar el biberón. Y es que según el Estudio Bahía 2009, nueve de cada diez pediatras recomiendan agua mineral natural frente a otras aguas para los bebés por su composición, ya que está totalmente controlada al igual que su origen, y por la seguridad porque es pura en origen y no está contaminada.
Por el contrario, el agua del grifo es preciso hervirla para preparar el biberón para eliminar posibles componentes nocivos para el bebé y controlar el tiempo que hierve para no superar el minuto, ya que si está más tiempo en el fuego puede ser perjudicial al concentrar los minerales, lo que puede originar en el bebé problemas en el aparato digestivo.
Además, hay que tener en cuenta que, en el caso de usar los filtros de ósmosis domésticos, estos no eliminan en su totalidad las sustancias del grifo que pueden ser nocivas.
Pero en la elección del agua mineral también hay que prestar atención porque no todas las aguas minerales son iguales ni tienen la misma composición. De hecho, se recomiendan aguas de mineralización baja y especialmente baja en sodio porque los riñones del bebé son todavía inmaduros.
No obstante, el agua mineral no debe ser baja en todos los minerales, dado que hay minerales como el calcio que debe estar presente porque es fundamental para el desarrollo de su sistema óseo.
Como pauta general, puede decirse que la composición ideal del agua mineral para el bebé es aquella que tiene menos de 25 mg por litro de sodio y de 25 a 100 mg por litro de calcio, según recomendaciones de la Asociación Española de Pediatría.
Fuente: www.nosotras.com