Durmiendo a un recién nacido que llora
La guagua llora y llora. Estaba dentro de lo previsto. Pero si bien es normal, es también comprensible que te asustes y te pongas nerviosa. Como en todos los órdenes de la vida, cuanta más información tengas sobre el tema, cuanto más preparada estés, con más sabiduría vas a enfrentar la situación y así salir airosa.
En primer lugar, es muy importante que asumas que el llanto es una forma de expresión de las guaguas y que siempre es una expresión de malestar. Cuanto más paciencia y comunicación tengas, más rápido aprenderás a calmarlo. Los dos tienen que conocerse y para eso tu parte consiste en estar cerca, estar atenta y lista para atenderlo cada vez que creas que te necesita.
Si bien cada guagua es única, en general cuando lloran por dolor lo hacen abruptamente y con fuerza. El llanto por hambre es similar, con la diferencia de que comienza con unos quejidos y va creciendo poco a poco.
Entre los recursos más recomendados para calmar a una guagua que llora está colocarlo en posición de sentado en tu regazo: esa postura, sumada al contacto con tu cuerpo, resulta muy relajante. Hablarle con voz tranquila es otro recurso muy efectivo. No entiende por ahora el significado de tus palabras pero el hilo de tu voz, siempre que sea cariñoso y sereno, puede conducirlo a la calma.
Fuente: Huggies.com